Descripción
Es cada día más difícil predicar el evangelio, las buenas nuevas de salvación, porque hay menos y menos que creen en Dios. O, si dicen que creen, por lo menos no tienen conocimiento ni convicciones claras. Básicamente ignoran el contenido de la Biblia, o su comprensión es superficial. Al mismo tiempo, el nivel de sufrimiento, descontentamiento e insatisfacción incrementa constantemente. La humanidad nunca fue diseñada para existir en independencia de su Creador, y sin Dios se autodestruye en esta vida, además de perecer eternamente sin Él.
Es que Él nos ama, y sus consejos y Palabra son para nuestro beneficio, bienestar y bienaventuranza. Cuando el hombre da su espalda a Dios, y rehúsa el conocimiento de Él, el resultado sólo puede ser la degeneración, degradación y depravación a todo nivel: personal, de la familia y de la sociedad en general. Si sólo se volvieran a Él, para buscar su sabiduría en las Escrituras, y la salvación en su Hijo, experimentarían la bendición de vida en armonía con su Dios.
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